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Durante el mes de noviembre se realizaron manifestaciones en diferentes lugares del mundo para exigir a los bancos que desinviertan del oleoducto Dakota Access, valuado en 3.800 millones de dólares. Ante esta presión, el banco más grande de Noruega, DNB, ya ha decidido vender los activos que tenía en empresas vinculadas al proyecto y está evaluando la posibilidad de finalizar tres préstamos diferentes que se habían otorgado desde el banco para financiar dicho emprendimiento. En este contexto, un nuevo informe da a conocer lo que titula: “Rickety Finances Behind the Dakota Access Pipeline” (Las tambaleantes finanzas del oleoducto Dakota Access). El informe ha sido publicado conjuntamente por el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero y el Instituto Sightline, y señala la potencial debilidad económica del proyecto: la empresa Energy Transfer Partners ha prometido a las empresas petroleras que completaría la construcción del oleoducto para el 1 de enero. De no cumplir con ese plazo, cabría la posibilidad de que la empresa dedicada a la construcción de tuberías termine perdiendo sus contratos con las empresas petroleras.
Para ampliar esta información, vea nuestra entrevista con Clark Williams-Derry, uno de los autores del informe y director del área de energía y finanzas del Instituto Sightline. También hablamos con Michael Vendiola, miembro de la comunidad indígena Swinomish y organizador de las protestas que se llevaron a cabo en Wells Fargo en solidaridad con Standing Rock y con las Primeras Naciones canadienses, que también se encuentran en resistencia frente a un proyecto petrolero de envergadura, la expansión del oleoducto Trans Mountain de la empresa Kinder Morgan.