El plan más reciente del fundador de Blackwater: lavado de dinero para funcionarios libios en China

AMY GOODMAN: Nuestros invitados de hoy son Jeremy Scahill, cofundador de el sitio de noticias The Intercept, y Matthew Cole, reportero sobre seguridad nacional de The Intercept, y previamente periodista de investigación para NBC. Su nuevo informe se titula “Erik Prince en la mira: investigan al fundador de Blackwater por lavado de dinero, vínculos con servicios de inteligencia chinos y por hacer negocios mercenarios ilegales”. Espero que en esta hora podamos hablar de varios temas, incluyendo sobre el reciente artículo de Matthew Cole sobre un miembro del grupo especial SEAL de la marina estadounidense que estuvo involucrado en la muerte de Osama bin Laden. ¿Juan?

JUAN GONZÁLEZ: Matthew, quería volver por un segundo al tema de las conexiones y el trabajo en Libia de Prince. Libia es esencialmente un estado fallido. Hay varios grupos enfrentados que afirman ser el verdadero gobierno, sin mencionar a todos los otros grupos insurgentes. ¿Con quién estaba Prince trabajando en Libia?

MATTHEW COLE: No está muy claro con quién estaba trabajando. Lo que sabemos es que el interés de Erik Prince en Libia comenzó a principios de… creo que comenzó en 2011, cuando ocurrió la caída de Gaddafi. En el año 2013 se encontraba ya en Libia, y para entonces él y algunos socios se habían unido para ofrecer un servicio completo de contrainsurgencia por parte de Blackwater. Quería llevar estabilidad al este del país y acabar con los islamistas, que estaban ganando fuerza desde la caída de Gaddafi.

En un principio, se le hizo difícil encontrar a los socios adecuados. Cuando se reunía con la gente, quedaba claro que no confiaba en algunas de las facciones con las que estaba tratando. Creo que no estaba familiarizado con Libia… ciertamente, él no es un arabista ni un experto, y tuvo dificultades para de averiguar quién era quién. En última instancia, lo que hizo fue tratar de alcanzar un acuerdo con un hombre llamado general Haftar, quien es ahora el jefe de las fuerzas armadas en Libia, pero tiene la nacionalidad estadounidense, y ha vivido en Estados Unidos y trabajo con la CIA durante muchos años.

Y con el tiempo, lo que Prince hizo fue cambiar su propuesta, debido a que su oferta basada en un grupo de mercenarios blancos y europeos, mercenarios no musulmanes, no tuvo muchos compradores. Y lo que se le recomendó es: si quiere vender este programa, lo que tiene que hacer es darles algo aceptable políticamente. Lo que tiene que hacer es ofrecer una solución a un problema que tengan en este momento y que parezcan no poder controlar, que en este caso era la inmigración, el problema de los inmigrantes que viajaban por rutas bien consolidadas para tratar de llegar a Europa. Y si usted les proporciona una solución fronteriza, no sólo la van a aceptar, sino que es probable que pueda conseguir la aceptación de la Unión Europea, porque, por supuesto, la Unión Europea es la que recibe a los inmigrantes.

Así llegamos al año pasado, el 2015, en el que hubo esta crisis de refugiados, en lo que respecta a Europa, y es muy evidente que todos estos inmigrantes está llegando a las costas de Europa provenientes de los conflictos en el Medio Oriente, y muchos de ellos vienen de Libia, independientemente de si son libios o no. Así que la propuesta de Prince propuesta comienza a tomar más fuerza, porque no estaba ofreciendo una fuerza mercenaria, estaba ofreciendo un sistema de control fronterizo. Y lo que era… de hecho, aquí es, en parte, donde comienza nuestra historia, porque lo que se nos decía era que él estaba ofreciendo un servicio fronterizo, una patrulla fronteriza, pero que su intención en realidad es construir una fuerza mercenaria, y esto es sólo una fachada que le permite hacerlo, si logra venderlo.

Había una segunda complicación, que es que el gobierno de Libia, porque es esencialmente un gobierno dividido que se encuentra paralizado, en una especia de guerra civil, y es un estado fallido, y están congelados financieramente. Tienen una gran cantidad de dinero guardado en su banco central proveniente de toda su riqueza petrolera, entre 150.000 y 180.000 millones de dólares, pero nadie les permitirá gastarlo, porque nadie está seguro de cuál es el gobierno que está en el poder, y nadie está seguro de si el dinero que se está utilizando es legítimo. Así que Erik tenía este problema, que consistía en que los libios estaban interesados, pero no podían pagar. Entonces, la asociación con la Unión Europea era potencialmente una forma de obtener la mitad de los fondos de Europa y también de lograr que los europeos ayudaran a liberar parte de ese dinero. Así que ahora Erik Prince estaba ofreciendo algo más, no sólo una fuerza mercenaria; estaba actuando como banquero. Era un verdadero caballero de brillante armadura para los funcionarios del gobierno de Libia que estaban sentados allí sin dinero. Así que lo que vimos y lo que podíamos ver… y lo que nuestras fuentes decían, era que esto era una oportunidad, a diferencia de las otras propuestas que estaba ofreciendo, para convertirse en un banquero para los funcionarios libios. Y eso es lo que comenzó a meterlo en verdaderos problemas.

Traducido por Linda Artola. Editado por Igor Moreno y Democracy Now! en Español.