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Los miembros de un jurado de Connecticut deliberan la suerte de Cherelle Baldwin, una madre de 24 años de edad acusada de matar a su presunto abusador. A Baldwin se la acusa de la muerte de su ex novio, Jeffrey Brown, producida en el año 2013, a quien Baldwin acusa de haberla abusado y acosado. Según los documentos que obran en poder del tribunal, Brown había amenazado a Baldwin en reiteradas ocasiones, le quitado las tarjetas de crédito y el dinero y la atacaba cuando iba a visitar a su hijo que vivía con Baldwin. Baldwin con el tiempo consiguió una orden judicial que prohibía las amenazas, el acoso y los ataques durante las visitas, pero justo antes de la muerte de Brown, él le había enviado una serie de mensajes de texto amenazantes. Después, según una declaración jurada de la policía confeccionada sobre la base de las declaraciones de Baldwin, Brown apareció en la casa de ella, ingresó por la ventana, la atacó, trató de ahorcarla con el cinturón. Baldwin escapó y logró entrar al auto, pero Brown también lo hizo y, una vez más, trató de ahorcarla. Lo que pasó después es difícil de precisar incluso para Baldwin; pero cuando llegó la policía encontraron a Baldwin en el piso con una pierna rota y a Brown muerto delante del auto, aplastado contra la pared del garaje. Baldwin fue detenida por homicidio. Ya pasó casi tres años en la cárcel. Si la condenan, podría pasar décadas en la cárcel. Nos acompaña la madre de Charelle Baldwin, Cynthia Long. También nos acompaña Victoria Law, periodista independiente cuyo artículo más reciente para Rewire se titula “Facing Years in Prison for Fleeing Abuse: Cherelle Baldwin’s Story is Far from Unique” (A la cárcel por huir del abuso: la historia de Cherelle Baldwin está lejos de ser única).