El presidente francés François Hollande ha abandonado los controvertidos planes de cambiar la Constitución para instalar un estado de emergencia permanente y para retirarles la ciudadanía francesa a quienes sean condenados por terrorismo. Hollande propuso las modificaciones constitucionales tras los atentados de noviembre en París, donde murieron 130 personas. Las propuestas provocaron una oposición generalizada a lo largo del espectro político. Los activistas franceses defensores de los derechos humanos se están organizando para oponerse a las leyes propuestas, que buscan ampliar la vigilancia masiva.
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