El domingo, la Cámara de Diputados del congreso de Brasil votó por 367 votos a favor y 137 en contra el comienzo del juicio político contra la presidente Dilma Rousseff. A principios del mes que viene, el Senado de Brasil votará si confirma juicio a Rousseff, por presunta manipulación de fondos presupuestarios. El martes, Rousseff dijo que los intentos de juicio político constituían un “golpe de Estado” y un “pecado original”. Brasil quedó sumergido en un gran escándalo por corrupción, pero Dilma Rousseff en persona no fue acusada de ninguna actividad financiera inadecuada. Sin embargo, 318 miembros del Congreso brasilero, entre ellos muchos de los que respaldaron el juicio político a Dilma, están siendo investigados por la justicia o tienen cargos. El conductor del proceso de juicio político fue el presidente de la Cámara de Representantes, Eduardo Cunha, acusado de esconder $5 millones de dólares en cuentas de bancos suizos.
Mientras tanto, el sitio de noticias The Intercept informa que un líder clave de la oposición brasilera viajó a Washington para participar de reuniones a puerta cerrada con varios funcionares y lobbistas estadounidenses. Según se informa, el senador Aloysio Nunes del partido PSDB de centro derecha, se reunirá con el titular y miembro superior del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el republicano Bob Corker de Tennessee, y otros, para analizar la situación de Brasil. Además, aparentemente Nunes asistió a un almuerzo organizado por la empresa lobbista de Washington, Albright Stonebridge Group, encabezada por la secretaria de Estado de Clinton, Madeleine Albright, y el director ejecutivo de la empresa Kellogg, Carlos Gutiérrez. Desde Brasil se comunica con nosotros Andrew Fishman del sitio The Intercept. También hablamos con el economista Mark Wesbrot, codirector del del Center for Economic and Policy Research (Centro de Investigación Política y Económica).