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Este mes el presidente Obama se convertirá en el primer presidente de EE.UU. en funciones que visite Hiroshima, Japón, donde EE.UU. arrojó una bomba atómica hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, momento que Noam Chomsky denomina “el día más nefasto que pueda recordar”. Chomsky examina el papel estadounidense en el inicio de la era nuclear, el papel que tuvo Obama en continuarla y el resto del legado de Obama. “No suelo estar de acuerdo con Sarah Palin, pero cuando ella ridiculizó la situación a la que ella se refirió como ‘esta cosa fraudulenta de la esperanza y el cambio’, tenía razón. Hubo unas cuantas cosas buenas. Pero las oportunidades que tenía, en particular en los primeros dos años cuando tenía el Congreso de su lado, sencillamente no las aprovechó. Según los estándares de la política presidencial estadounidense, no es nada especial en ningún sentido, ciertamente nada del otro mundo”.