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El martes a la noche, cientos de personas se dieron cita en una iglesia de Orlando, Florida, para recordar a las cuarenta y nueve víctimas del ataque perpetrado el domingo en un club LGBT. Esta es la peor masacre con armas de fuego en la historia moderna de Estados Unidos. Después de la masacre, el presidente Obama hizo un llamado para que se vuelva a prohibir el porte de armas de asalto y se implemente medidas que impidan que sospechosos de terrorismo consigan armas de fuego. Una de las dos armas usadas por Omar Mateeen, el atacante de Orlando, fue un rifle de asalto semiautomático AR-15, el mismo estilo usado en las masacres de San Bernardino, California; Aurora, Colorado y Newtown, Connecticut. El martes, los miembros de la Comisión de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes pertenecientes al Partido Demócrata firmaron una carta que impulsa la nueva ley destinada a restablecer la prohibición de las armas automáticas de asalto. Los legisladores escribieron “No se equivoquen en este tema: nuestro país está bajo fuego. A diario, nos ataca el flagelo de la violencia con armas de fuego en las calles y en nuestros hogares”. Hablamos con uno de los firmantes de la carta, el representante Hank Johnson (demócrata por el estado de Georgia).