El jueves, el presidente Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden visitaron Orlando, Florida, donde se reunieron con los familiares de las 49 víctimas de la masacre del domingo en un club nocturno LGTB. La reunión se produjo al día siguiente de que los demócratas del Senado realizaran una maniobra obstruccionista de casi 15 horas para exigir una votación sobre las medidas de control de armas. En Orlando, el presidente Obama hizo un llamado a la acción para el control de armas.
El presidente Obama expresó: “Las personas asesinadas y heridas aquí fueron baleadas por un solo asesino con una poderosa arma de asalto. Lo que motivó a este asesino puede haber sido distinto de lo que motivó a quienes perpetraron las masacres de Aurora o de Newtown, pero los instrumentos de muerte fueron muy similares”.
Mientras tanto, en un artículo de opinión publicado el jueves en The New York Times, el general Stanley McChrystal, excomandante estadounidense en Afganistán, también pidió un mayor control de las armas, con las siguientes palabras: “Nuestras comunidades no deberían sentirse como zonas de guerra. Nuestros líderes pueden empezar por hacer más para mantener las armas fuera del alcance de aquellos en los que no se puede confiar que las manejen de manera responsable. Esa debe ser nuestra misión”. Esto se produce un día después de que el representante de Massachusetts e infante de la marina veterano Seth Moulton apareciera en la portada de The New York Daily News con un rifle de asalto bajo el titular “Ningún civil debería poseer esta arma”.