En Turquía empezaron los funerales de algunos de las cuarenta y dos personas que murieron en el triple atentado suicida que tuvo como objetivo el principal aeropuerto de este país. El ataque dejó otras 239 personas heridas. Las autoridades dijeron que los tres atacantes llegaron a la terminal del aeropuerto internacional en taxi y se hicieron estallar tras abrir fuego. El aeropuerto es el décimo primero más activo del mundo. Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad por el ataque, pero el primer ministro de Turquía dijo que la investigación inicial apuntaba al auto proclamado Estado Islámico o a Daesh. Un funcionario de alto rango del gobierno turco dijo a la cadena de noticias Associated Press que los tres atacantes suicidas eran ciudadanos de Rusia, Uzbekistán y Kirguistán. En horas de la mañana de hoy, la policía turca hizo una incursión en dieciséis zonas de Estambul y detuvo a trece personas sospechosas de haber participado en el ataque. Turquía atraviesa un repunte de los ataques con bombas desde el año pasado, cuando Estados Unidos empezó a usar la base aérea Incirilik ubicada en dicho país, para realizar bombardeos en Siria e Irak contra los baluartes de ISIS. Hablamos con Koray Çaliskan, profesor asociado de ciencias Políticas en la Universidad Bogaziçi de Estambul.