Tres días después del golpe de Estado fallido llevado a cabo por miembros del ejército, que intentaron tomar el poder con tanques, helicópteros de ataque y aviones de combate, Turquía sigue en estado de crisis. El presidente turco, Tayyip Erdogan estaba de vacaciones en un balneario cuando se inició el golpe. La facción amotinada del ejército dijo que estaba actuando para defender la democracia del accionar de Erdogan. En medio del golpe, después de evitar por poco ser capturado por los soldados que lo fueron a buscar al hotel justo cuando se acababa de ir, Erdogan dio un discurso a la nación a través de la aplicación FaceTime de su iPhone incitando a sus partidarios a salir a las calles a protestar, y regresó a Estambul. Luego del fracaso del golpe, el gobierno turco ha detenido a 6.000 personas, entre ellas altos funcionarios del poder judicial y militar. Desde Estambul nos acompaña Koray Caliskan, profesor asociado de ciencias Políticas en la Universidad Bogaziçi de Estambul. “Esta puede ser una oportunidad para construir instituciones democráticas en el país, ya que la gente se mantuvo firme y unida,” dice Caliskan.