En Baton Rouge, Luisiana, un exinfante de la Marina mató a tres oficiales de policía. El tiroteo comenzó poco antes de las 9 de la mañana del domingo en una gasolinera en la autopista Airline Highway, a menos de dos kilómetros de la estación del Departamento de Policía de Baton Rouge. La estación ha sido el escenario de más de una semana de protestas en repudio de la violencia policial. Las manifestaciones fueron convocadas en respuesta a la muerte, a consecuencia de disparos por parte de la policía, de Alton Sterling, residente de esa localidad. El domingo, según informes, agentes de Baton Rouge acudieron en respuesta a una llamada al 911 que denunciaba que había habido disparos y fueron emboscados por un hombre armado. Tres oficiales murieron y otros tres resultaron heridos; uno de ellos se encuentra en estado crítico. La policía identificó al agresor como Gavin Long, residente de Kansas City, Missouri. Long sirvió en Irak y fue dado de baja con el rango de sargento en 2010. En la semana anterior a que se produjeran los disparos, Long, que es afroestadounidense, grabó un video en el que hace referencia a su ira hacia la policía por la masacre de afroestadounidenses cometida por esta. Usando el alias Cosmo Setepenra, Long insta a los hombres afroestadounidenses a “defenderse y luchar” contra la policía. Por otra parte, Montrell Jackson, uno de los oficiales que murieron, había publicado recientemente en Facebook su opinión respecto del ambiente en Baton Rouge después de la muerte de Alton Sterling, con estas palabras: “Dios, amo a esta ciudad, pero me pregunto si esta ciudad me ama. Cuando estoy de uniforme recibo miradas de odio, desagradables, y cuando no llevo uniforme algunos me consideran una amenaza… Estos son tiempos difíciles. Por favor, no dejen que el odio infecte sus corazones”. La tía de Alton Sterling, Veda Washington-Abusaleh, llamó a la calma después del tiroteo del domingo.
Veda Washington-Abusaleh expresó: “No pedimos un derramamiento de sangre. Así es como empezó todo esto, con el derramamiento de sangre. No queremos más derramamiento de sangre. Así que, si no están de acuerdo con nosotros, váyanse, vayan a donde sea el lugar del que vienen. Esta es nuestra casa. No pueden venir a casa a matarnos. Eso es lo que están haciendo, porque al terminar el día, cuando estas personas llaman a las familias para decirles que los papás y mamás ya no llegarán a su casa, sé cómo se sienten porque recibí la misma llamada telefónica. No hay justicia. ¡No hay justicia, no hay paz! Eso es lo que pedimos. ¡Detengan esta masacre! ¡Detengan esta masacre! ¡Detengan esta masacre!”.