En el sur de Turquía, cientos de personas asistieron ayer a los funerales de las más de 50 víctimas de un ataque con bomba perpetrado en la boda de un miembro de un partido político kurdo. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, culpó del ataque al autoproclamado Estado Islámico (ISIS, por su sigla en inglés). Sin embargo, algunos de los que asistieron a los funerales lanzaron botellas a la policía al tiempo que gritaban: “Erdogan asesino”, lo que refleja la creencia generalizada de que el apoyo del presidente turco a los rebeldes que combaten contra el gobierno sirio ha favorecido que ISIS prospere.
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