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Más de diez mil atletas de todo el mundo se dieron cita en Río de Janeiro, Brasil, para participar en los Juegos Olímpicos 2016. Río es la primera ciudad de América del Sur en la historia, que es sede de los Juegos Olímpicos, pero su celebración llega en momentos en que Brasil lucha contra la recesión económica, un gran brote de zika y la reciente destitución de Dilma Rousseff, la presidente elegida democráticamente. Organismos de derechos humanos también han expresado preocupación acerca del impacto que los Juegos Olímpicos tienen en las comunidades más vulnerables de Río. Los residentes de las favelas de Río hablaron de batallas contra los desalojos forzados, la violencia policial y el gasto desproporcionado. Aproximadamente ochenta y cinco mil policías, soldados y otros agentes de seguridad patrullarán la ciudad durante los Juegos. Dave Zirin, editor deportivo de la revista The Nation, nos comenta las últimas noticias sobre este tema. Zirin es autor del libro “Brazil’s Dance with the Devil: The World Cup, The Olympics, and the Fight for Democracy” (La danza de Brasil con el diablo: el Mundial de Fútbol, los Juegos Olímpicos y la lucha por la democracia).