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Analizamos una impactante revelación publicada el martes en relación al asesinato de Berta Cáceres: se estableció un vínculo entre directivos de la empresa contra cuyo proyecto de represa hidroeléctrica se manifestaban la reconocida líder indígena hondureña y ambientalista junto a la comunidad indígena lenca a la que pertenecía.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que le hicimos a Elisabeth Malkin. Malkin es periodista de The New York Times y acaba de leer el nuevo informe realizado por un equipo de cinco abogados internacionales. El equipo encontró evidencias de que el plan para asesinar a Cáceres llegó a la dirección de la empresa de energía hondureña Desarrollos Energéticos, conocida como DESA, responsable de la construcción de la represa. Los abogados fueron seleccionados por la hija de Cáceres, Bertha Zúniga y son independientes de la actual investigación oficial del gobierno hondureño. Examinaron unas 40 mil páginas de mensajes de textos. La investigación también reveló que DESA ejerció un control sobre las fuerzas de seguridad en la zona, dio instrucciones y pagó alojamiento, comida y equipamiento para las unidades policiales.