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En Honduras, la policía de la capital, Tegucigalpa, se rehusó a imponer un toque de queda nocturno ordenado por el gobierno, tras días de protestas por denuncias de fraude en las reñidas elecciones presidenciales que tuvieron lugar recientemente en ese país. Funcionarios electorales afirman que no anunciarán el ganador de las elecciones del 26 de noviembre para dar lugar a la presentación de recusaciones y apelaciones. Las protestas estallaron la semana pasada, cuando la comisión electoral, que está controlada por el gobierno, dejó de contar los votos de las elecciones luego de que el escrutinio diera al candidato de la oposición, Salvador Nasralla, una ventaja de más de 5 puntos porcentuales. En la mañana del lunes, la comisión electoral reveló que el presidente en funciones, Juan Orlando Hernández, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos, aventajaba a Nasralla por un margen de 1,5%, luego de un recuento de votos sospechosos en más de 1.000 mesas electorales. El periodista de investigación Allan Nairn se comunica con nosotros desde Honduras para hablar de la crisis política que atraviesa el país centroamericano.
Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.
AMY GOODMAN: Esto es Democracy Now! Democracynow.org, soy Amy Goodman con Juan González.
JUAN GONZÁLEZ: Vamos a discutir ahora la crisis política en Honduras. El lunes por la noche la policía nacional en la capital, Tegucigalpa, decidió no obedecer las órdenes de reprimir al pueblo. Ahora vamos a hablar con el periodista Allan Nairn.
Hola Allan, nos puede decir qué ha estado pasando en los últimos días con la fuerza de la policía en Honduras.
ALLAN NAIRN: Es extraordinario. Es un levantamiento de la policía en contra del gobierno. Ellos dicen que no quieren reprimir a la gente, que el presidente Hernández, que es muy cercano a la Casa Blanca y a los Estados Unidos, está tratando de usarlos [a la policía] como un instrumento político para dañar a la población, para imponer a Hernández como presidente para un nuevo período. Aquí muchos [policías] opinan que es ilegal. Anoche ellos [la policía] montaron una rebelión y dijeron que no van a usar sus armas, la mayoría provenientes de Estados Unidos, para reprimir las manifestaciones populares que están tratando de presionar al gobierno para llevar a cabo un proceso electoral limpio con un conteo preciso de los votos populares. Está claro que el gobierno de Hernández, que es un régimen que se originó durante el golpe de Estado del año 2009, le teme a un proceso democrático, porque muchas indicaciones apuntan a que la mayoría de la gente ha apoyado a la oposición encabezada por el señor Nasralla durante las elecciones. Yo he visto el chat privado de un técnico electoral del Tribunal Supremo Electoral, en el cual ese señor escribió que “el fraude ya se hizo”, él escribió eso el jueves 30 de noviembre… sí hay un fraude en proceso. Ahorita la policía ha dicho que ellos no quieren ser parte de eso y apoyar ese fraude de parte del presidente Hernández.
JUAN GONZÁLEZ: ¿Cuál piensa usted que va a ser el impacto de que el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, haya decidido dos días después de las elecciones certificar que Honduras sigue respetando los derechos humanos?
ALLAN NAIRN: Fue un hecho muy grave, primero, con esa certificación, el Departamento de Estado de Trump dio luz verde al apoyo militar y financiero al gobierno de Hernández. Efectivamente, eso también dio luz verde al gobierno para completar su proyecto de fraude y también fue una llamada de parte del gobierno de Estados Unidos a la intensificación de la guerra de clases que ahorita está ocurriendo aquí. Honduras es un país con una mayoría pobre, el 75% por ciento de la población en las zonas rurales sufre de pobreza extrema. Una tercera parte de la población nacional gana un salario de menos de un dólar por día. Un 25% de todos los niños del país padecen desnutrición diaria y en esta situación el pueblo quiere un cambio, pero el gobierno y los ricos en Honduras quieren mantener su poder. Ahorita hay un choque entre ellos y la mayoría de la población. Y con esa certificación de [que el gobierno hondureño sigue respetando los] derechos humanos y de su supuesta lucha contra la corrupción, el Gobierno de Estados Unidos ha entrado al conflicto firmemente del lado del Gobierno de Honduras, pero la policía no quiere participar en su proyecto.
AMY GOODMAN: Allan, ¿puede decirnos quiénes son los candidatos Salvador Nasralla y el presidente actual de Honduras, Juan Orlando Hernández?
ALLAN NAIRN: Hernández es un buen amigo del general John Kelly, el jefe de personal de la Casa Blanca, la mano derecha del presidente Trump, y es un viejo político de la derecha que participó y apoyó el golpe de Estado de 2009. Nasralla es una figura muy interesante y un poco rara. Él es un presentador de la televisión y de programas de deporte, pero ahorita él es un aliado del movimiento popular, del movimiento de la izquierda moderada, y dentro de la población de Honduras queda bien claro que él tiene un apoyo bastante grande
JUAN GONZÁLEZ: Ese fue el periodista Allan Nairn hablando con nosotros desde Tegucigalpa. Para ver nuestra entrevista con él en inglés Democracynow.org.
Editado por Igor Moreno Unanua y Noa Radosh. Producido por Clara Ibarra, Democracy Now! en Español y Democracy Now!.
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