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Hace casi sesenta meses los votantes de Carolina del Norte eligieron al gobernador demócrata Roy Cooper. Los legisladores republicanos respondieron con lo que muchos describieron como un golpe legislativo destinado a restringir gran parte del poder de Cooper. Mientras tanto, los republicanos de Carolina del Norte intentan consolidar su poder legislativo al aprobar una serie de leyes nuevas destinadas a restringir el derecho al voto. Esto se produce a pesar de un informe elaborado por el Proyecto de Integridad Electoral, el cual determinó que las instituciones democráticas de Carolina del Norte tienen tantos defectos que el estado ya no debería considerarse una democracia en funcionamiento.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que le hicimos (en inglés) a Chris Kromm. Kromm es director ejecutivo del Instituto de Estudios del Sur (Institute for Southern Studies) y editor de la revista Facing South.