El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, adoptó medidas para cerrar la oficina del Departamento de Estado encargada de responsabilizar a los criminales de guerra. Esta semana, el director de la Oficina de Justicia Penal Mundial dijo que su personal estaba siendo reasignado a otras oficinas y que el trabajo de la oficina pasaría a integrar otro sector del Departamento de Estado. David Scheffer, el primer embajador de Estados Unidos en misión especial para los crímenes de guerra, dijo: “Esto envía un poderoso mensaje a quienes cometen grandes atrocidades, en cuanto a que Estados Unidos ya no los está observando”.
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