El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, y otros funcionarios del gobierno de Trump estuvieron el martes en el Congreso presionando a los senadores republicanos para que apoyen el último proyecto de salud, conocido como el proyecto Graham-Cassidy, que lleva el nombre de sus principales artífices, Bill Cassidy de Louisiana y Lindsey Graham de Carolina del Sur. El último intento de los republicanos del Senado por derogar y reemplazar la Ley de Cuidado de la Salud a Bajo Precio debe realizarse antes del 30 de septiembre, fecha en la que vence un plazo que permite al Senado aprobar la ley por simple mayoría. El Centro de Presupuesto y Prioridades Políticas afirma que el proyecto de ley Graham-Cassidy haría que varios millones de personas perdieran la cobertura de salud, destruiría Medicaid, eliminaría o reduciría las protecciones para personas con enfermedades preexistentes y aumentaría los gastos extras que una persona debe pagar por atención médica. Al mismo tiempo, otorgaría generosas reducciones impositivas a los estadounidenses más adinerados. El comité editorial del periódico The New York Times escribió el martes: “es difícil exagerar la crueldad del proyecto Graham-Cassidy”.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que le hicimos (en inglés) a Alice Ollstein. Ollstein es periodista sobre política del sitio Talking Points Memo y se especializa en el sistema de salud. Su artículo más reciente se titula “Where Things Stand with the Senate’s Last-Ditch Obamacare Repeal Push” (Dónde están las cosas con el último intento del Senado de derogar el Obamacare).