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El miércoles, el huracán María se abatió sobre Puerto Rico como tormenta de categoría 4, provocando precipitaciones récord e inundaciones catastróficas que destruyeron las líneas de energía eléctrica dejando a todo el país en la oscuridad. Esto se produjo en momentos en que muchos hogares de Puerto Rico todavía estaban a oscuras, dos semanas después del paso del huracán Irma que interrumpió el suministro de energía eléctrica a cientos de miles de personas. La tormenta también aumentó la preocupación ante potenciales desastres ambientales. Puerto Rico tiene 23 depósitos de residuos tóxicos que a disposición de la Agencia de Protección Ambiental, deben ser limpiados. Uno de ellos es la isla de Vieques, antiguo campo de prueba naval estadounidense, que fue casi directamente afectada por la tormenta. Además Puerto Rico tiene una central de energía a carbón, propiedad de la empresa privada AES. Residentes de toda la isla han estado exigiendo que la central cierre y deje de emitir las cenizas de carbón tóxicas en su comunidad, al afirmar que el desecho es nocivo para la salud y el ambiente.
Para saber más de este tema puede ver la entrevista que le hicimos (en inglés) a Emily Atkin. Atkin, que escribe sobre temas ambientales para la revista New Republic, afirma: “Puerto Rico ya es una tragedia ambiental. El huracán María la empeorará aun más”.