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El jueves, el vicepresidente Mike Pence viajó a la base de la fuerza aérea situada en la ciudad de Tyndall, Florida, apenas una semana después de que esta resultara en gran parte destrozada por el huracán Michael. La base alberga una flota de 55 aviones de combate F-22. Antes de que el huracán Michael arrasara la base, al menos 33 de estos aviones fueron trasladados a un sitio seguro. Pero es posible que al menos 17 de ellos, valuados en 339 millones de dólares cada uno, hayan sido abandonados y hayan resultado destruidos. Hay varias bases áreas ubicadas justo en la costa de zonas que suelen ser afectadas por las tormentas en los estados del sur. Los científicos anticipan que en esa franja los huracanes inducidos por el cambio climático serán más intensos y más frecuentes. Pero el jueves, Mike Pence prometió reconstruir toda la base.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con Dave Philipps, periodista de The New York Times.