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La empresa Amazon ha elegido dos ciudades para establecer su nueva y ampliada sede central: Crystal City en Arlington, Virginia, y el vecindario de Long Island City, en el distrito de Queens de la ciudad de Nueva York. Amazon tomó esta decisión después de realizar un sondeo de 14 meses por diferentes ciudades de Estados Unidos, donde se le prometieron reducciones impositivas, infraestructura construida con dinero público y ordenanzas favorables a sus negocios con el fin de recibir lo que Amazon anuncia como 5 mil millones de dólares en inversiones y miles de puestos de trabajo. El gobernador del estado de Virginia, el demócrata Ralph Northam dijo que la sede de Amazon era “un gran éxito para Virginia” y, de manera similar, el alcalde de la Ciudad de Nueva York, Bill de Blasio ha aplaudido la decisión de Amazon. Sin embargo, muchos políticos locales están criticando a las autoridades de Nueva York y Virginia por firmar este acuerdo comercial, que generaría 50.000 puestos de trabajo.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la mesa redonda que presentamos sobre Amazon y las políticas de asistencia financiera a corporaciones. Desde Nueva York, nos acompaña Ron Kim, legislador del estado de Nueva York y coautor de una nota de opinión publicada recientemente en el periódico The New York Times, titulada: “New York Should Say No to Amazon” (Nueva York debería decir “No” a Amazon). Desde Washington DC, nos acompaña Greg LeRoy, director ejecutivo de Good Jobs First, un observatorio sobre incentivos de desarrollo económico. Y desde Portland, Maine, nos acompaña Stacy Mitchell, codirectora del Institute for Local Self-Reliance (Instituto para el autosostenimiento local) y autora del libro “Big-Box Swindle: The True Cost of Mega-Retailers and the Fight for America’s Independent Businesses” (La estafa de las grandes tiendas: El verdadero costo de las grandes empresas minoristas y la lucha por el comercio independiente en Estados Unidos).