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Luego de una larga campaña de relaciones públicas, la empresa Amazon ha anunciado oficialmente que dividirá lo que denomina su segunda sede central entre Nueva York y Arlington, Virginia, en las afueras de Washington DC. La empresa tomó esta decisión luego de que se le ofrecieran 3 mil millones de dólares en exensiones impositivas y otros incentivos financieros. La noticia provocó protestas en el lugar donde se instalaría el nuevo complejo de oficinas de Amazon en Long Island City, Nueva York, denunciando al gobierno municipal y estatal por otorgar enormes beneficios impositivos y de otros tipos a Amazon para persuadir a la empresa para que erradicara sus oficinas en la ciudad. Como parte del trato, se utilizaría dinero de los impuestos de Nueva York para construir un helipuerto para el director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo. Muchos actores políticos locales han criticado abiertamente a las autoridades de los estados de Nueva York y Virginia por apoyar este acuerdo comercial, que generaría en en total 50.000 puestos de trabajo.
Para ampliar esta información, vea nuestra conversación (en inglés) con Ron Kim, legislador de Nueva York, que está presentando una propuesta para frenar el acuerdo y redirigir ese dinero público para que, en lugar de usarse como subsidios para Amazon, se destine a reducir la deuda estudiantil. Recientemente, el periódico The New York Times publicó una nota de opinión titulada: “New York Should Say No to Amazon”, de la que Kim es coautor.