El Gobierno mexicano exige una investigación profunda de lo ocurrido el domingo: las autoridades fronterizas estadounidenses dispararon gases lacrimógenos contra una multitud de migrantes centroamericanas solicitantes de asilo en momentos que estos intentaban cruzar la fuertemente militarizada frontera con Estados Unidos, cerca de San Diego. Entre los agredidos había madres con niños pequeños que lloraban y tenían dificultades para respirar a medida que los gases lacrimógenos se propagaban. Los migrantes, en gran medida provenientes de Honduras, Guatemala y El Salvador, huyen de la violencia generalizada, la pobreza y el desempleo masivo. El uso de gases lacrimógenos por parte de la Patrulla Fronteriza ha sido ampliamente criticado. Trump ahora exhorta a México a que deporte a los miles de migrantes centroamericanos que están en la frontera con Estados Unidos o que se acercan a ella para tratar de solicitar asilo.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que le hicimos (en inglés) a Pedro Ríos. Ríos se comunica con nosotros desde San Diego. Es director del Programa Frontera México/Estados Unidos del Comité de Servicio Amigos de Estados Unidos. Ríos vio cuando los agentes fronterizos estadounidenses arrojaban gases lacrimógenos a los migrantes centroamericanos en la frontera entre México y Estados Unidos el domingo.