El miércoles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó la retirada de las 2.000 tropas estadounidenses desplegadas en Siria, una decisión que sorprendió a muchos en el gobierno y alrededor del mundo.
El presidente Donald Trump afirmó: “Llevamos mucho tiempo luchando en Siria. He sido presidente durante casi dos años y realmente hemos intensificado [la lucha] y hemos vencido a ISIS. Los hemos golpeado, y fueron golpes severos. Hemos recuperado el territorio y ahora es momento de que nuestras tropas regresen a casa”.
Trump ordenó la retirada de las tropas a pesar de la oposición desde la Casa Blanca. En septiembre, John Bolton, el asesor de Seguridad Nacional de Trump, señaló que las tropas estadounidenses permanecerían en Siria hasta que las fuerzas iraníes y sus aliados paramilitares abandonaran el territorio. Si bien Trump afirma que el autoproclamado Estado Islámico (ISIS) ha sido derrotado, un informe publicado en agosto por las Naciones Unidas reveló que cerca de 30.000 combatientes de ISIS aún permanecen en Irak y en Siria. La medida tomada por el presidente Trump ha sido elogiada por algunas personas vinculadas al movimiento estadounidense por la paz y por algunos legisladores progresistas, así como por los antiintervencionistas del Partido Republicano, entre ellos los senadores Rand Paul y Mike Lee. No obstante, otros legisladores republicanos han criticado abiertamente la decisión tomada por Trump. La senadora Lindsey Graham afirmó: “Una retirada estadounidense en este momento sería una gran victoria para ISIS, Irán, Bashar al Assad de Siria, y Rusia”.
Conjuntamente con la lucha contra ISIS, Siria sigue siendo el centro de múltiples guerras por poderes que involucran a Estados Unidos, Rusia, Irán, Turquía, Arabia Saudí e Israel, entre otras naciones. Visite democracynow.org/es para ver más información sobre la decisión de Trump y la situación en Siria.
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