En Maryland, un adolescente disparó e hirió de gravedad a su novia y a otro estudiante en un tiroteo en la secundaria Great Mills el martes. El atacante, Austin Rollins, fue abatido durante un enfrentamiento con un funcionario armado de la escuela. Los medios informan que no existe claridad sobre si el adolescente fue abatido por el funcionario o si murió a causa de un disparo autoinfligido.
Este tiroteo es el caso más reciente que pone en evidencia el vínculo entre los casos de violencia en los que se emplean armas de fuego y la violencia doméstica. El mes pasado, Democracy Now! entrevistó a la periodista Soraya Chemaly para hablar sobre estos vínculos.
Soraya Chemaly afirmó: “Lo que podemos ver repetidamente en estos casos de violencia masiva, cuando cuatro o más personas son asesinadas, es que el perpetrador tenía antecedentes de haber atacado a un compañero íntimo, a uno de sus padres. Sucedió en la masacre de Boston. Sucedió en Sandy Hook. Y entonces, para muchos de nosotros, cuando ocurren estos sucesos de alguna manera sabes que una información así va a salir a la luz. Así que nos preguntamos: ¿por qué este tipo de comportamiento no es visto como un elemento esencial para comprender la mortalidad en los casos violencia pública?”