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Amy Goodman y Denis Moynihan
Ha pasado casi un año desde que Chelsea Manning fue liberada de la cárcel que el ejército de Estados Unidos tiene en la base militar de Fort Leavenworth, Kansas. Manning, la denunciante del ejército de mayor popularidad del país, cumplió siete años de prisión, de los 35 años que dictaba su condena, por filtrar cientos de miles de archivos clasificados sobre las guerras estadounidenses en Irak y Afganistán. Al día siguiente de recibir esa sentencia en 2013, Manning publicó una declaración donde decía: “Al iniciar esta nueva etapa de mi vida, quiero que todo el mundo conozca quién soy realmente. Soy Chelsea Manning. Soy una mujer”. En 2016, el ex-presidente Barack Obama conmutó su condena antes de dejar el cargo y, desde ese momento, ella no ha perdido el tiempo: anunció su candidatura al Senado de Estados Unidos por el estado de Maryland.
En una entrevista para Democracy Now!, Manning habló sobre su nueva libertad: “Es abrumador. Algunos días me despierto y no estoy segura de que esto esté sucediendo realmente. A veces me despierto por la mañana y tengo que pensar dónde estoy, porque ahora viajo todo el tiempo y no me quedo en un solo lugar. Al principio era muy inspirador y maravilloso, pero ahora que veo cada vez más del mundo y cómo se ha convertido en el mundo que temía hace una década, ahora es abrumador”.
Hace una década, Manning era conocida como el soldado Bradley Manning y trabajaba como analista de inteligencia del ejército en Iraq, donde tenía un asiento de primera fila para observar la guerra: “Se trataba de gente real en lugares reales, no solo de puntos en un mapa. Se trataba de las vidas y las emociones de las personas y todo lo que implica eso. Nosotros estábamos en su hogar. Ellos viven allí. Y nosotros estábamos haciendo todo eso como si se tratara de un problema académico o matemático, y un día ya no pude separar mi trabajo de mis emociones. Volvía a mi habitación por la noche, o de día, porque yo hacía el turno nocturno, y no podía dormir. Veía las noticias y era prácticamente un encubrimiento de lo que había sucedido en Irak. En 2010 era casi como ‘Vamos a olvidar todas las cosas malas que pasaron porque al final todo se resolvió’, pero lo que estaba viendo en el propio territorio no era así, y eso me preocupaba mucho, esa desconexión”.
Chelsea Manning recopiló cientos de miles de archivos digitales clasificados de las guerras de Estados Unidos: informes de campo de soldados que detallaban todo, incluyendo miles de muertes de civiles, torturas y ejecuciones extrajudiciales, junto con miles de cables diplomáticos. Después de encontrarse con obstáculos técnicos para enviarles el material a los periódicos The Washington Post y The New York Times, recurrió a lo que en ese momento era un sitio web poco conocido, diseñado para recibir documentos filtrados de forma segura y anónima: WikiLeaks.
El 5 de abril de 2010, WikiLeaks lanzó la primera de las filtraciones de Chelsea Manning: un video granulado en blanco y negro titulado “Asesinato colateral”. El video fue filmado desde la cámara de abordo de un helicóptero Apache, y capturó el ataque del helicóptero militar contra un grupo de civiles en Bagdad, mientras los soldados reían y proferían improperios. Doce hombres fueron asesinados en el ataque, entre ellos el camarógrafo Namir Noor-Eldeen y Saeed Chmagh, dos empleados de la agencia de noticias Reuters. Chelsea Manning declaró sobre este video en Democracy Now!: “Esto no es inusual. Este no es un incidente extraño. Así es esta guerra”.
A esta primer filtración le siguieron muchas más, que sustanciaron decenas de historias profundas e impactantes publicadas por varios de los periódicos y revistas más importantes del mundo, que se asociaron con WikiLeaks.
Chelsea Manning le había confiado detalles de las filtraciones a una persona por chat, y esa persona la denunció ante las autoridades de Estados Unidos, que inmediatamente la arrestaron. Su arresto fue el inicio de un calvario de encarcelamiento y juicio militar que, según el relator especial sobre tortura de la ONU, Juan Méndez, constituía un “trato cruel, inhumano y degradante” que “podría constituir tortura”.
Chelsea Manning estuvo recluida en una jaula en Kuwait y más adelante fue trasladada a un bergantín de la Armada en Quantico, Virginia, donde permaneció recluida en régimen de aislamiento. Así describió ella cómo se siente estar recluida en aislamiento: “Era una jaula, una gran jaula de metal. Yo estaba recluida ahí. Perdí la noción de quién era. Perdí la noción del tiempo, del lugar. Debo haber estado en esa jaula unos 60 días, pero no podía saberlo realmente. No tenía acceso a ningún calendario. Después de 20 o 30 días estaba tan deprimida y abrumada que simplemente me rendí. Esta es una práctica que hay que eliminar en todas partes, independientemente de si alguien considera que hay circunstancias que lo justifican. No hay nada que justifique hacerle esto a ningún ser humano”.
Mientras estaba detenida, luchó por los derechos trans y presentó una demanda contra las autoridades para tener acceso a los tratamientos hormonales.
En 2016 le escribió una carta desde la cárcel de hombres de Fort Leavenworth, donde estaba detenida, al entonces presidente Obama, solicitándole que conmutara su condena. “Simplemente pido una primera oportunidad para vivir mi vida como la persona que nací para ser”, escribió.
Chelsea Manning está ahora embarcada en esa vida. Parte de ello es la decisión de postularse como candidata al Senado por el Partido Demócrata y enfrentar en las elecciones primarias de junio al actual senador demócrata por Maryland, Ben Cardin. Manning expresó: “Ben Cardin ha estado en el entorno político de Maryland durante 40 años. Estuvo todo el tiempo sentado en su escritorio. ¿Qué experiencia puede traer a la mesa? Yo tengo experiencia de vida. Estuve sin hogar. Estuve en la cárcel. Estuve en la guerra”.
La palabra “reforma” no está en su vocabulario. Manning demanda la abolición de las cárceles, la eliminación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, exige un sistema de atención médica universal y mucho más: “Tenemos que pasar a la ofensiva. Y la forma en que podemos hacerlo es centrándonos en los problemas sistémicos”.
Chelsea Manning finalizó su primer video de campaña el pasado mes de enero con un mensaje que representa su optimismo y determinación: “Tenemos que dejar de esperar que nuestro sistema político se arregle por sí mismo de algún modo. Tenemos que quitarles [a los dirigentes] las riendas del poder. Tenemos que desafiarlos en todos los niveles. Tenemos que arreglar esto. No los necesitamos a ellos. Podemos hacerlo mejor. Está en nuestras manos y podemos hacerlo”.
© 2018 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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