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El director de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), Scott Pruitt fue cuestionado el jueves en el Congreso de EE.UU. por los legisladores en relación a una serie de escándalos por sus gastos y sus vínculos con lobbistas de la industria. Pruitt enfrenta más de media docena de investigaciones, entre ellas una por el pago de sólo $50 dólares por noche para vivir en un condominio de Capitol Hill propiedad de la esposa de un destacado lobbista de la industria energética de Washington, cuyo estudio representa a varias empresas de combustibles fósiles. Pruitt encargó la instalación de una cabina telefónica con aislación acústica en su oficina, por un valor de 43.000 dólares, lo que, según un grupo que controla al gobierno, violó las leyes de gastos. Además, destinó 3 millones de dólares del presupuesto de la EPA para su personal de seguridad, que está compuesto por 18 agentes de tiempo completo. Es habitual que Pruitt viaje en primera clase o clase ejecutiva debido a que los pasajeros enojados que viajaban en clase económica lo cuestionaban enojados por sus políticas.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que tuvimos con Emily Atkin y Michael Brune. Atkin escribe para la revista The New Republic. Sus artículos más recientes se titulan “Scott Pruitt Is Forced to Confront Reality” (Scott Pruitt es obligado a enfrentar la realidad) y “The EPA Is Acting Like Big Tobacco” (La EPA se comporta como las grandes empresas de tabaco). Brune es director ejecutivo de la organización Sierra Club.