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En Estados Unidos crece el escrutinio público sobre la figura de la polémica vicedirectora de la CIA, Gina Haspel, a quien el gobierno de Trump quiere designar como nueva directora de la agencia. El Senado ha establecido su audiencia de confirmación para el miércoles. Según el periódico The Washington Post, el evento casi se suspende ya que Haspel intentó retirar su candidatura por la oposición que generó en la sociedad la noticia de que había sido parte del programa de torturas de la CIA llevado a cabo bajo el gobierno de George W. Bush. De hacerse efectiva, la audiencia del miércoles será la primera ocasión en la que Haspel se vea obligada a hablar públicamente acerca de su responsabilidad en dicho programa y en la destrucción de cintas de la CIA que documentaban las torturas. La CIA presentó el nombramiento de Haspel como directora “envuelto para regalo”, comenta el investigador del Archivo de Seguridad Nacional John Prados, pero no fue transparente acerca de su historial.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Prados, quién señala que actualmente no existen documentos públicos que detallen las actividades de Haspel en sus más de 30 años en la CIA.