El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, anunció a principios de este año que entablaría una demanda contra los fabricantes y distribuidores de opioides que se venden con una prescripción médica, para que den cuenta de su participación en la actual epidemia mortal de opioides. Entre las empresas nombradas en la demanda están Purdue Pharma, Johnson & Johnson y McKensson. El periódico The Guardian informa que más de sesenta ciudades están demandando judicialmente a las grandes compañía farmacéuticas por los opioides. Un explosivo informe de The New York Times reveló que los fabricantes del fármaco OxyContin sabían que este era altamente adictivo, ya en 1996, un año después de que la droga saliera a la venta. El periódico The New York Times publicó un informe confidencial del Departamento de Justicia de EE.UU. esta semana que muestra que a los ejecutivos de Purdue Pharma se les había informado que las pastillas de OxyContin eran aplastadas y pulverizadas para su inhalación por su poderoso efecto narcótico. Sin embargo, los ejecutivos promocionaron el fármaco como un analgésico menos adictivo que otros analgésicos opioides. Los ejecutivos de Purdue declararon ante el Congreso que ellos no sabían del creciente uso abusivo de la droga hasta años después de que estuviera en el mercado. Hoy las sobredosis de la droga son la principal causa de muertes de los estadounidenses menores de 50 años de edad.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con Barry Meier. Meier es autor del libro “Pain Killer: An Empire of Deceit and the Origin of America’s Opioid Epidemic” (Analgésico: un imperio de engaño y el origen de la epidemia de opioides en EE.UU.)