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En el estado de Misisipi se registran altas tasas de mortalidad de presos jamás vistas. Trece presos murieron tras las rejas en el mes de agosto solamente. Eso se puede comparar con los 47 presos muertos en Misisipi durante todo el año 2015. Los agentes penitenciarios insisten que las muertes se producen por causas naturales. Pero los defensores y los familiares de los reclusos exigen respuestas por el impresionante aumento de muertes, entre ellas el asesinato de Nija Syvallus Bonhomme, un joven de 24 años de edad, ocurrido en el centro correccional del condado de Wilkinson administrado por una empresa privada, ubicado en el sudoeste de Misisipi. Según fuentes oficiales, Bonhomme murió en su celda luego de una pelea entre reclusos. Pero sus familiares afirman que las autoridades de la cárcel no lo protegieron de las condiciones violentas que condujeron a su muerte y lo hicieron volver a su celda tras un violento altercado con su compañero de celda. Su hermana le dijo a Democracy Now! “Lo arrojaron de nuevo a los perros”.
Para saber más de este tema, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con Jody Owens. Owens es director y abogado de la sede en Misisipi de la organización Southern Poverty Law Center, parte en un juicio reciente contra el Departamento Correccional de Misisipi que alega grave violación de los derechos de los presos en una cárcel privada.