Fuertes lluvias, y vientos de 145 kilómetros por hora, azotan la costa de los estados de Carolina del Norte y Carolina del Sur, en Estados Unidos, luego de que el huracán Florence tocó tierra en Carolina del Norte como una tormenta de categoría 1. La marejada ciclónica alcanzó ya los tres metros de altura, lo que tuvo como efecto que los hogares de los residentes se inundaran con grandes cantidades de agua que llegan al nivel del pecho y que el personal de primeros auxilios se viera obligado a efectuar rescates de emergencia durante la noche. El huracán Florence dejó sin energía eléctrica a más de 400.000 personas en ambos estados. Se espera que la tormenta permanezca en la región durante todo el día de hoy, descargando hasta un metro de lluvia en algunas comunidades costeras y amenazando con inundaciones repentinas de consecuencias letales y con derrames de desechos tóxicos de cenizas de carbón y estiércol de cerdo, proveniente de las granjas porcinas que bordean la costa de ambos estados. Estas son las palabras del gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper.
El gobernador Roy Cooper expresó: “Lo peor de la tormenta aún no ha llegado. Pero esta es la alerta de los días que vendrán. Sobrevivir esta tormenta será una prueba de resistencia, trabajo en equipo, sentido común y paciencia”.