Una evaluación de racismo y ataque sexual dejó el gobierno de Virginia tambaleando: los tres principales funcionarios electos del estado, todos ellos demócratas, enfrentan crisis políticas que pueden cambiar drásticamente sus carreras y el liderazgo en el estado. La polémica que envuelve a Virginia desde que el gobernador, Ralph Northam, admitiera la semana pasada haberse pintado la cara de negro, tuvo un giro inesperado el miércoles, cuando el fiscal general Mark Herring también admitió haberse pintado la cara de negro en una fiesta de la universidad. Apenas unos días antes, Herring, que es segundo en la línea de mando de Virginia, le había pedido al gobernador Northam que renunciara. El primero en la línea de mando, el vicegobernador Justin Fairfax, también está envuelto en un escándalo luego que una mujer que lo acusó de ataque sexual, el miércoles hizo públicos los detalles de la agresión. El gobernador Northam se ha negado a renunciar por la aparición de una foto racista en una página del anuario de 1984 de la Facultad de Medicina. En la foto se ve un hombre con la cara pintada de negro parado al lado de otro vestido con el traje del Ku Klux Klan. Si los tres demócratas renuncian, el republicano Kirk Cox, presidente de la Cámara de Delegados de Virginia, es quien sigue en la línea de mando para convertirse en gobernador.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que le hicimos (en inglés) a Khalilah Brown-Dean. Brown-Dean, que es profesora asociada de ciencias políticas en la Universidad de Quinnipiac, es oriunda de Lynchburg, Virginia, y egresada de la Universidad de Virginia. Próximamente se publicará su libro titulado “Identity Politics in the United States” (Identidades políticas en Estados Unidos).