En noticias sobre el medio ambiente, el Gobierno estadounidense encabezado por Trump reemplazó una normativa de energía promulgada durante el mandato del expresidente Barack Obama, que fue diseñada para cerrar las centrales alimentadas a carbón más antiguas y restringir las restricciones de emisiones. Las nuevas normativas anunciadas el miércoles por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) permiten a los estados establecer regulaciones para las emisiones y decidir si las centrales a carbón deberían realizar mejoras. El Plan de Energía Limpia establecido por Obama tenía como objetivo la reducción de las emisiones de carbono a través de regulaciones federales; no obstante, el plan nunca entró en vigencia debido a las múltiples impugnaciones legales presentadas por compañías energéticas y algunos estados.
Michael Brune, director ejecutivo de la organización ambiental Sierra Club afirmó: “Trump y [el administrador de la EPA] Wheeler están impulsando un plan que conducirá a miles de muertes mientras ignora la demanda pública de medidas enérgicas contra el cambio climático, solo para que un puñado de ejecutivos acaudalados de la industria del carbón puedan ganar un poco más de dinero. Este es un ataque inmoral e ilegal contra el aire limpio, la energía limpia y la salud de la ciudadanía”. Se prevé que al menos seis estados y múltiples agrupaciones medioambientales impugnen la normativa.
El martes, Trump promocionó sus políticas energéticas durante su primer mitin de campaña para las elecciones de 2020 en el estado de Florida.
El presidente Donald Trump sostuvo: “Estamos creando un futuro de independencia energética estadounidense y además, nuestro aire y agua son los más limpios que han existido, por amplio margen”.
Una investigación realizada por la Asociación Estadounidense del Pulmón refuta las mentiras dichas por Trump. La agrupación descubrió que 4 de cada 10 estadounidenses viven en un entorno de aire insalubre debido a los altos niveles de contaminación y los peligrosos niveles de ozono inducidos por el cambio climático. De acuerdo con la Asociación Estadounidense del Pulmón, la mala calidad del aire puede causar “muerte prematura y otros efectos graves para la salud, como cáncer de pulmón, ataques de asma y daño cardiovascular, así como daños reproductivos y problemas de desarrollo”.