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El presidente Trump analiza la posibilidad de declarar una amnistía para los miembros de las fuerzas militares estadounidenses condenados por crímenes de guerra. Según se informa, uno de los pedidos de amnistía es para Edward Gallagher, jefe de operaciones especiales de los equipos SEAL de la Marina de Estados Unidos. Gallagher enfrenta cargos por haber disparado contra civiles desarmados y haber matado a puñaladas con un cuchillo a un combatiente adolescente herido que estaba en cautiverio y posteriormente hacer una ceremonia de realistamiento sobre el cadáver del adolescente. El jueves 30 de mayo, un juez militar de San Diego ordenó la libertad de Gallagher, por considerar que hubo fallas en el procesamiento por crímenes de guerra. El tribunal todavía debe decidir si retira a los fiscales o desestima el caso por completo. Uno de los abogados de Gallagher también representa a la Organización Trump. El legislador republicano Duncan Hunter, uno de los principales partidarios de Gallagher, hace poco admitió en un podcast haber asesinado a cientos de civiles mientras cumplía funciones en las fuerzas militares estadounidenses en Fallujah, Irak, en 2004. Esto se produce en momentos que Trump también puede considerar un pedido de amnistía para el contratista de Blackwater Nicholas Slatten, que fue declarado culpable dos veces de homicidio en primer grado por la trágica masacre perpetrada en 2007 la Plaza Nisoor, Baghdad. En el hecho murieron catorce civiles iraquíes desarmados.
Para saber más de este tema, puede ver la entrevista que le hicimos (en inglés) a Waitman Wade Beorn. Beorn es un veterano de combate en Irak e historiador de estudios sobre el Holocausto y los genocidios. Una columna de opinión publicada el 9 de mayo de 2019 en The Washington Post se tituló “I led a platoon in Iraq. Trump is wrong to pardon war criminals” (Yo dirigí un batallón en Irak. Trump se equivoca al concederles una amnistía a los criminales de guerra).