Johana Medina, una persona transgénero proveniente de El Salvador que solicitaba asilo político en EE.UU., murió en el hospital de El Paso, Texas el fin de semana del 1 de junio. Según la declaración de diferentes organizaciones y activistas LGTBQ que la conocían, había pasado siete semanas en una cárcel para inmigrantes. Durante casi dos meses, Medina había pedido atención médica por complicaciones relacionadas con el HIV/SIDA, hasta que finalmente fue transferida al hospital, donde falleció 4 días después. Se cree que Medina es la segunda migrante transgénero que muere mientras está detenida —o luego de ser liberada— en instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) de Estados Unidos, desde que Trump asumió como presidente. La otra persona es Roxsana Hernández Rodriguez, una mujer transgénero hondureña de 33 años, que murió en un centro de detención del ICE en mayo de 2018. Según la autopsia, Hernández había sido agredida físicamente antes de su muerte.
Para conocer más sobre el tema, vea (en inglés) nuestra conversación con Isa Noyola, vicedirectora de la organización Mijente y destacada activista por los derechos migratorios y de la comunidad transgénero de Pheonix, Arizona.