En un fallo trascendental, la Corte Internacional de Justicia de la ONU con sede en La Haya le ordenó a Birmania “tomar todas las medidas a su alcance” para proteger a los musulmanes rohinyás del genocidio. El tribunal emitió ese fallo el jueves 23 de enero y determinó que los 600 mil rohinyás que permanecen en Birmania, también conocida como Myanmar, son “extremadamente vulnerables” a la violencia militar. Además, el tribunal le ordenó a Birmania que le informe regularmente acerca de los avances en esa materia. El fallo constituye una dura amonestación a la líder de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi, que el mes pasado le pidió al tribunal que retire la acusación contra Birmania por genocidio. Suu Kyi recibió el Premio Nobel de la Paz y estuvo más de una década luchando contra los militares birmanos que ahora defiende.
Para saber más sobre el fallo de Corte Internacional de Justicia, puede ver la conversación que mantuvimos (en inglés) con Reed Brody. Brody es abogado y vocero de Human Rights Watch. “Este tribunal es el más importante del mundo e interviene en el caso de las peores situaciones de atrocidades masivas de nuestros tiempos mientras las atrocidades están ocurriendo”, dice Brody. “En realidad eso es lo más significativo de esto”.