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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció que Israel anexará alrededor del 30% del territorio ocupado de Cisjordania, luego de recibir luz verde de parte del gobierno de Estados Unidos hacerlo. El martes 28 de enero, el presidente Trump —con Netanyahu a su lado— presentó su Plan de paz para Medio Oriente, elaborado por el yerno de Trump Jared Kushner sin incluir ningún aporte palestino. Según este plan, Israel obtendría soberanía sobre grandes extensiones del territorio ocupado de Cisjordania, Jerusalem quedaría totalmente bajo control israelí y se permitiría la permanencia de todos los colonos judíos en los asentamientos del territorio ocupado. Además, el plan propone detener los asentamientos por cuatro años y la posible creación de un Estado palestino reducido, pero solo si se cumplen ciertas condiciones. El pueblo palestino respondió al plan del gobierno estadounidense con manifestaciones de protesta en Cisjordania y Gaza. El presidente palestino Mahmoud Abbas rechazó el acuerdo. Pocas horas antes de la presentación del plan, Netanyahu había sido imputado por corrupción, siendo la primera vez en la historia de Israel que un primer ministro en funciones enfrenta cargos penales.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Mehdi Hasan, columnista destacado del portal The Intercept, y con Rashid Khalidi, profesor de la cátedra Edward Said de Estudios árabes modernos en la Universidad Columbia. Su último libro se titula: “The Hundred Years’ War on Palestine” (Cien años de guerra contra Palestina).