El sábado 31 de octubre, la policía del condado de Alamance, en Carolina del Norte, roció con gas pimienta a las y los participantes de una marcha pacífica que convocaba a la gente a votar. La represión comenzó cuando la multitud se detuvo cerca a un monumento confederado para arrodillarse en honor a George Floyd, asesinado por la policía de Minneapolis en mayo. Se difundieron videos de la violenta acción policial en los que se ve cómo agentes con equipamiento antidisturbios atacan a las y los manifestantes, entre ellos niños pequeños y ancianos, que se proponían marchar hacia un puesto de votación el último día habilitado para la votación anticipada en Carolina del Norte. Al menos ocho personas fueron detenidas, entre ellas el organizador de la marcha, reverendo Greg Drumwright que dice que, antes de atacar, la policía le dio a la multitud solo catorce segundos para dispersarse, pero eran cientos de personas. “Nunca llegamos al centro de votación”, dice Drumwright. “Creemos que esta interacción, esta interferencia de las autoridades locales, ha impedido que ejerzamos no solo derechos garantizados por la Primera Enmienda sino además nuestros derechos electorales”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Greg Drumwright.