Las empresas farmacéuticas Pfizer y Moderna buscan la aprobación de emergencia para sus vacunas contra el coronavirus. Por su parte, los organismos reguladores y de salud pública evalúan cómo distribuirlas y quiénes accederán a ellas. La pandemia está afectando de manera desproporcionada a las comunidades afroestadounidenses, latinas e indígenas, situación que desnuda viejas desigualdades y un racismo sistémico en el sistema de salud de Estados Unidos. A su vez, estas comunidades están subrepresentadas en los ensayos clínicos de las vacunas contra la COVID-19, debido en parte a que durante siglos sufrieron el maltrato de investigadores médicos. Hablamos con la Dra. Chris Pernell, médica especializada en salud pública de Newark, Nueva Jersey, que participa en el ensayo de la vacuna de Moderna. Ella cuenta que tomó la decisión de participar para honrar a su padre que murió de COVID y también para garantizar que las población afroestadounidense esté representada en los estudios. “Como médica especializada en salud pública, necesitaba ser parte de la solución”, dice. “Sabía que era importante que las personas de color participen si queremos llegar a una solución verdaderamente eficaz”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Chris Pernell.