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Ante la gran victoria obtenida por las empresas de transporte privado Uber y Lyft con la aprobación de la Propuesta 22 en California, activistas de derechos laborales temen que impulsen medidas similares en otros estados. La Propuesta 22 eximirá —en el estado de California— a las empresas de la llamada “gig economy” (economía del trabajo esporádico o por contrato) de dar a sus trabajadores carácter de empleados en lugar de ser contratistas independientes. Uber, Lyft y otras empresas que dependen de los trabajadores esporádicos gastaron más de 200 millones de dólares en propaganda a favor de la Propuesta 22. Según una encuesta realizada entre votantes de California que votaron “sí” a la medida, el 40% pensaba que estaba votando para que quienes realizan trabajos esporádicos puedan ganar un salario digno. Sin embargo, quienes se oponen a la medida sostienen que hará lo contrario. “De acuerdo a la ley aprobada, las y los conductores no gozaremos de los beneficios laborales y salariales básicos que se otorgan a la mayoría de las y los trabajadores del estado en medio de la pandemia y la recesión”, dice Cherri Murphy, conductora de Lyft y organizadora de la agrupación Gig Workers Rising. También hablamos con Veena Dubal, profesora de derecho de la Universidad de California en Hastings, que afirma que iniciativas como la Propuesta 22 representan un “peligro extremo” para el sector trabajador de EE.UU.. “Si esto se extiende más allá de California, nos encaminamos hacia una situación de desigualdad aún peor de la que ya estamos experimentando”, dice Dubal.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Cherri Murphy y Veena Dubal.