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Analizamos el número creciente de casos de COVID-19 en las cárceles para inmigrantes de todo Estados Unidos. Uno de los mayores brotes está teniendo lugar en el Centro de Detención de Otay Mesa, cerca de San Diego, que es administrado por la empresa penitenciaria privada CoreCivic. Para recibir una mascarilla, los presos debían firmar contratos escritos solo en inglés. Cuando algunos se rehusaron a firmar, los guardias los rociaron con gas pimienta. A su vez, activistas afirman que en los centros de detención de California hay cientos de personas en huelga de hambre.
Para conocer novedades sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Ruth Mendez, activista comunitaria y voluntaria en la agrupación Otay Mesa Detention Resistance.