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La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) de Wisconsin está pidiendo la renuncia de las autoridades policiales de Kenosha luego que un agente blanco de dicha fuerza le disparara a Jacob Blake por la espalda siete veces y, con ello, lo dejara paralizado de la cintura para abajo. El ataque generó protestas multitudinarias en Kenosha y en todo Estados Unidos, y concitó nuevamente la atención en torno al racismo y la violencia de la policía de Kenosha. Se difundió un video condenatorio del alguacil del condado de Kenosha, David Beth, de una conferencia de prensa del año 2018 en la que se refiere a personas negras acusadas de robar en los comercios y estrellar un auto robado como “porquerías que abundan en nuestras comunidades y que son un cáncer para nuestra sociedad”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Chris Ott, director ejecutivo de ACLU sede Wisconsin, que sostiene que tanto Beth como el jefe de policía de Kenosha, Daniel Miskinis, deben renunciar. “Cuando la policía y las fuerzas del orden entran en las comunidades de manera militarizada, con mano dura, solo logran aumentar las tensiones, empeorar las cosas y crear situaciones peligrosas”, dice Ott.