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A partir del ataque policial a Jacob Blake, joven afroestadounidense padre de tres niños que se encontraba desarmado, analizamos el historial de prácticas ilegales que tiene el Departamento de Policía de Kenosha. En 2004, la policía de Kenosha mató a Michael Bell, joven blanco de 21 años de edad, delante a su madre y su hermana. El Departamento de Policía de Kenosha llevó a cabo su propia revisión del caso y, en dos días, absolvió por completo a los agentes. El padre de Bell, Michael Bell, encargó una investigación independiente que encontró que el relato policial del hecho era imposible desde el punto de vista forense. “Me costó mucho creer que una persona uniformada pudiera hacer una cosa así”, dice Michael Bell, quien afirma que el Departamento de Policía de Kenosha “encubrió los hechos reales del caso”.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Michael Bell.