Armando Alejo Hernández desapareció en el desierto en mayo de 2021, después de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. Antes de perder el contacto, había enviado varios mensajes de audio a su hijo mayor describiendo las dificultades del terreno y pidiendo ayuda. “No se sentía muy bien y no tenía agua ni comida”, dice Derek, hijo de Hernández de 17 años. “El grupo con el que estaba se adelantó y él lo perdió de vista”. Hernández vivió más de una década en Estados Unidos como trabajador indocumentado hasta que fue deportado en 2016. Su esposa y sus dos hijos, ciudadanos estadounidenses por nacimiento, han pedido ayuda a la Patrulla Fronteriza y al Consulado de México, hasta ahora sin suerte. “Este año estamos rompiendo el récord de migrantes que mueren en la frontera”, advierte Fernando García de la Red Fronteriza de Derechos Humanos de El Paso, una de las muchas organizaciones que están demandando que el Gobierno de Biden “cumpla su promesa de cambiar las políticas inhumanas implementadas en la frontera”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Fernando García.