En Sudán, miles de manifestantes salieron a las calles por segundo día consecutivo después de que el dirigente militar, el general Abdel Fattah al-Burhan, declarara el estado de emergencia y arrestara al primer ministro, a la mayor parte de su gabinete y a miembros civiles del consejo gobernante del país. El golpe de Estado se produce dos años después de que protestas multitudinarias condujeran a la destitución del líder Omar al-Bashir, quien gobernó el país por casi tres décadas. Los medios de comunicación informan que al menos diez manifestantes murieron en los tiroteos durante las protestas de este martes, que exigen el fin del Gobierno militar.
Al-Tayeb Mohamed Ahmed: “Lanzaron granadas de aturdimiento. Luego dispararon municiones reales. Dos personas murieron. Lo vi con mis propios ojos. Luego, [las fuerzas armadas] volvieron dos veces y mataron a una persona más. Esa fue la tercera muerte que vi”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó el golpe de Estado militar del lunes y pidió la liberación inmediata del primer ministro de Sudán y de las otras personas detenidas. En Washington D.C., el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, dijo que Estados Unidos suspenderá un paquete de ayuda de emergencia para Sudán valuado en 700 millones de dólares. El golpe de Estado ocurrió justo un día después de que el enviado especial de Estados Unidos para el Cuerno de África, Jeffrey Feltman, visitara la ciudad de Jartum, donde se reunió con el jefe de las fuerzas armadas de Sudán y con el ahora detenido primer ministro sudanés.