El 13 de noviembre terminó la Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático que se realizaba en Glasgow, Escocia. Más de 190 países firmaron el Pacto de Glasgow sobre Cambio Climático en el que se convoca a los Gobiernos a que, el año próximo, lleven a Egipto propuestas más sólidas para frenar las emisiones de CO2. Además, se insta a los países ricos a que aporten más fondos para los países vulnerables del sur global y se incentiva a los países en general a que eliminen gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles y reduzcan el uso de carbón. Sin embargo, activistas y organizaciones ambientalistas sostienen que la versión final del texto es demasiado moderada como para propiciar que se reduzcan significativamente las emisiones de CO2 y que el aumento de la temperatura global con respecto a niveles preindustriales no exceda los 1,5 °C. Según la comunidad científica, esto último es necesario para evitar las consecuencias más catastróficas de la crisis climática. “No hubo un avance real”, dice Mitzi Jonelle Tan, joven activista por la justicia climática proveniente de Filipinas. “Una vez más, la Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático solo priorizó las voces de los sectores privilegiados y no las de los sectores más afectados por la crisis climática”. También hablamos con Brandon Wu, director de políticas y campañas de la organización ActionAid USA, quien sostiene que los países ricos culpan a India y China de impedir acciones más contundentes en pos de la eliminación gradual de los combustibles fósiles, mientras ellos siguen desarrollando sus propios proyectos de petróleo y gas. “Los verdaderos delincuentes climáticos son los países ricos”, afirma Wu.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Mitzi Jonelle Tan y Brandon Wu.