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Una de las acciones de protesta realizadas en Glasgow fue una ceremonia en honor a quienes no pudieron asistir a la Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático, conocida como COP26, este año: 1.005 defensores de la tierra y el ambiente fueron asesinados desde el Acuerdo de París de 2015. Uno de cada tres eran personas indígenas. El año 2020 fue el más peligroso para las y los defensores del ambiente y la tierra. Hablamos con Andrea Ixchíu, líder maya k’iche’, periodista y defensora de derechos humanos de Guatemala. Ixchíu afirma que el Gobierno guatemalteco, influenciado por intereses de las grandes empresas transnacionales, decidió atacar a los y las defensores indígenas de la tierra: “Ahora [los líderes indígenas] no pueden defender la tierra de sus comunidades por la militarización del territorio”. Desde la COP26, Ixchíu dice: “No queremos ser solo observadores de lo que otros deciden” y agrega que “para poder crear más soluciones a la crisis climática, es muy importante devolverles la tierra a las comunidades indígenas”. También nos acompaña el asesor principal de la organización Global Witness Louis Wilson que ayudó a organizar la ceremonia y analiza dos casos: el de la activista sudafricana Fikile Ntshangase, una firme conductora de la lucha contra la mina de carbón de la empresa Tendele asesinada en octubre pasado, y el de Óscar Eyraud Adams, un defensor del agua mexicano asesinado en septiembre pasado cuando luchaba por los derechos de los pueblos indígenas afectados por el uso excesivo de los acuíferos por parte de grandes empresas cerveceras y vinícolas.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Andrea Ixchíu y Louis Wilson.