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Estados Unidos superó las 500.000 muertes por COVID-19, por lejos, la cifra más alta del mundo. Este hito macabro se produce en momentos que el número de nuevos casos de COVID-19 sigue disminuyendo en todo el país, en medio del acelerado plan de vacunación. Sin embargo, el director de la Organización Mundial de la Salud les está pidiendo a los países ricos que eviten acumular miles de millones de dosis que —en algunos casos— son suficientes para vacunar a sus habitantes más de una vez, ya que esto entorpece los esfuerzos para llevar las vacunas a los países más pobres. “Las desigualdades que estamos viendo en esto son absolutamente impresionantes”, dice el Dr. Craig Spencer, director de salud global en medicina de emergencias en el Centro Médico de la Universidad de Columbia. Spencer exhorta a las economías avanzadas a compartir sus reservas de vacunas con los países más pobres para poder terminar con la pandemia más pronto. “Es beneficioso para la salud pública, es beneficioso para nuestra economía y —lo que me parece más importante aún— está dentro de nuestro horizonte ético y moral hacerlo”.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Craig Spencer.