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Estados Unidos y otros países ricos miembros de la Organización Mundial del Comercio frenaron una iniciativa de decenas de países en desarrollo que pide suspender las patentes y derechos de propiedad intelectual como forma de impulsar la producción de vacunas contra la COVID-19 para países pobres. La propuesta, impulsada por Sudáfrica e India, recibió el apoyo de cientos de organizaciones de la sociedad civil, entre ellas Médicos sin Fronteras, Oxfam y Amnistía Internacional. Sin una exención, la producción de vacunas seguirá en manos de unas pocas empresas farmacéuticas. “Básicamente, millones de personas tendremos que esperar para obtener la vacuna, poniendo en grave riesgo tanto la inmunidad global como la regional, particularmente en África”, dice la activista sudafricana Fatima Hassan, fundadora y directora de la organización Health Justice Initiative. También hablamos con Achal Prabhala, coordinador de AccessIBSA, proyecto que promueve el acceso a los medicamentos en India, Brasil y Sudáfrica. Prabhala sostiene que una de las barreras para permitir la producción de vacunas en otras partes del mundo tiene que ver con la percepción que existe sobre la pericia científica. “El mundo entero, no sólo Occidente, se muestra incrédulo ante la idea de que pueda haber avances científicos útiles para esta pandemia en países que no están en Occidente”, dice Prabhala.
Para conocer más sobre este tema, vea (en inglés) la conversación que mantuvimos con Fatima Hassan y Achal Prabhala.