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La ciudad de Jackson, Mississippi, lleva cinco semanas lidiando con una crisis en el sistema de agua que hace que mucha gente carezca de acceso seguro al agua potable. La situación fue provocada por la rotura de tuberías y cañerías en las fatales tormentas invernales de febrero. Si bien el suministro de agua ya ha sido en gran medida restablecido, la mayoría de la población aún debe hervir el agua para el consumo. Las autoridades de la ciudad estiman que la reparación del sistema de agua podría costar 2 mil millones de dólares. La crisis en Jackson —que tiene un 82% de población negra— pone de relieve el riesgo que implica la catástrofe climática para gran parte de la infraestructura envejecida del país. El alcalde Chokwe Antar Lumumba denuncia que, aunque la ciudad “aporta millones de dólares” anuales en ingresos fiscales al estado de Mississippi, debe lidiar sola con esta crisis ya que el Gobierno estatal se niega a ayudar.
Para ampliar esta información, vea (en inglés) nuestra conversación con Chokwe Antar Lumumba.